En el día de hoy llega a Bogotá la Minga Indígena que durante dos semanas ha recorrido diferentes vías del país, desde Popayán, y que hace parte de las luchas indígenas que se iniciaron el 12 de octubre para demandar del gobierno nacional el cumplimiento de los acuerdos suscritos en materia de entrega de tierras, salud, infraestructura y alimentación; rechazar los asesinatos que, según cifras de la Organización Indígena de Colombia ONIC, asciendes a 1.240 desde el año 2002, 66 de ellos en lo corrido del presente año; pedir que el gobierno se comprometa con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, teniendo en cuenta que Colombia es el único país latinoamericano que no la ha suscrito, y rechazar el TLC con los Estados Unidos, la ley Forestal, el Estatuto de Desarrollo Rural y el Código Minero, que favorecen a las empresas transnacionales y contribuyen al despojo territorial de los indígenas.
Durante todo este tiempo, los indígenas han debido enfrentar la represión gubernamental que se ha expresado en la descalificación de su justa lucha acusándola de estar infiltrada por el terrorismo y de tener propósitos desestabilizadores, así como en la utilización del ESMAD contra los manifestantes, con el resultado de tres muertos y numerosos heridos.
Las insistentes peticiones de que se adelante un proceso de diálogo y negociación, se han encontrado con la posición intransigente del gobierno que primero evadió el diálogo en Cali y luego asistió a la reunión de Piendamó pero se negó a comprometerse con soluciones concretas a los problemas. Precisamente por esta razón, los indígenas decidieron marchar hasta Bogotá y que se logren acuerdos satisfactorios para ponerle fin al conflicto.
En consecuencia, pedimos al gobierno nacional reunirse con los indígenas y adelantar un diálogo constructivo que posibilite atender las justas demandas. Al propio tiempo, reafirmamos nuestro más decidido respaldo a la lucha de los indígenas e invitamos al movimiento sindical, a las organizaciones políticas y sociales y a la ciudadanía de Bogotá a salir a las calles, a darle la bienvenida a estos compatriotas y a rodearlos de toda la solidaridad para que sean atendidos y sus problemas convenientemente resueltos.
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