Senadora Gloria Inés Ramírez Ríos
Polo Democrático Alternativo
En el día internacional de la clase obrera, les hago llegar a todos los trabajadores y trabajadoras un saludo de clase, de solidaridad y de lucha.
Esta fecha tiene un doble significado: por una parte, en ella conmemoramos el sacrificio de los Mártires de Chicago, que en 1886 fueron inhumanamente condenados, y evocamos la memoria y el ejemplo de todos los que a lo largo de la historia del movimiento sindical han luchado por un futuro mejor para los trabajadores; por la otra, en este día levantamos nuestras reivindicaciones fundamentales y expresamos la solidaridad con las luchas obreras y populares y con las víctimas de la opresión y la injusticia.
En Colombia; los trabajadores han sido brutalmente despojados de sus más elementales derechos por la imposición de la política neoliberal, y sus organizaciones han sido duramente golpeadas por la guerra sucia del terrorismo de Estado y de las bandas paramilitares que han asesinado a más de 3.000 sindicalistas y han convertido a Colombia en el lugar más peligroso del mundo para ejercer la actividad sindical. Ejemplos recientes de esta realidad son los casos del compañero Guillermo Rivera, dirigente sindical de la Contraloría de Bogotá, desaparecido desde el 22 de abril y cuya libertad inmediata sano y salvo exigimos, así como el frustrado atentado contra el compañero Jorge Gamboa, Presidente de la USO, el 23 de abril en Yarima, San Vicente de Chucuri, hecho que condenamos y por el que demandamos castigo para los responsables.
Todos estos hechos, sumados a la desregulación, privatización y regresión de todos los derechos sociales, han hecho que la capacidad de organización de los trabajadores y trabajadoras colombianas sea muy limitada, lo que se corrobora con la bajísima afiliación sindical que apenas permite superar el 4% de la población trabajadora.
Nuestro país atraviesa una crisis cada vez más profunda por la descomposición del régimen dominante y la penetración del narcoparamilitarismo en todos los poderes del Estado, al tiempo que se profundizan la política guerrerista de “Seguridad Democrática” y la sumisión gubernamental a los dictados del imperio gringo.
Por lo tanto, es deber del movimiento sindical movilizarse para contribuir a sacar a nuestro país del atolladero en que lo han metido las clases dominantes. En la agenda de esta hora crucial están la lucha porque los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición se hagan realidad; la lucha por la solución negociada del conflicto que desangra a nuestro país, por la paz con justicia social y el acuerdo humanitario; la lucha por la Asamblea Nacional Constituyente que busque una salida de paz, que haga los cambios democráticos que necesita el país, que depure la política de las prácticas criminales que hoy la carcomen y que sea capaz de crear una nueva institucionalidad al servicio del pueblo.
En esta crisis, invito a apoyar la iniciativa de una Asamblea Nacional Constituyente, ya que necesitamos soluciones estructurales no pequeñas reformas políticas al acomodo de las elites políticas y económicas de este país. La crisis de legitimidad no sólo afecta al Congreso, sino a la institucionalidad, a los entes de control, al poder ejecutivo, al Estado en general. Crisis tan profunda como la que atraviesa el país exige soluciones que le retornen la voz al pueblo, la misma que le ha sido robada por un Gobierno que posa de democrático y transparente.
Igualmente, invitamos a apoyar la labor de la Corte Suprema de Justicia, su independencia y autonomía son cruciales en la defensa de la democracia. Aunque la verdad pueda conmocionar al país, no podemos renunciar a encontrarla, y en ese propósito el acompañamiento a la Corte Suprema de Justicia resulta crucial.
Ninguno de los graves males que aquejan a nuestra patria podrá ser resuelto por un régimen descompuesto que cada vez se hunde más en sus propias miserias. Sólo la acción del pueblo tendrá la capacidad de cambiar el desastroso rumbo que lleva el país. Y son los trabajadores la fuerza más organizada y con mayores posibilidades de contribuir a que ese cambio sea posible.
Viva el primero de mayo!
Bogotá, D.C. 1º de mayo de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gloriainesramirez06@gmail.com