sábado, 10 de mayo de 2008

HOMENAJE EN EL DÍA DE LAS MADRES


Por la época que atravesamos, donde la barbarie y la impudicia hacen negación de la vida, para entronizar en las almas y en los cuerpos de la nación la estela espantable de la guerra, de la muerte, del exilio, del despojo y aún del olvido; cuando al parecer la esperanza se derruye y los corazones y la razón no encuentran salida; la imagen intrépida de mujeres portentosas que con sus cabezas blancas y sus rostros marcados por innúmeros atardeceres de dolor insondable, llenaron con su luz, con su fuerza y su palabra, la majestuosidad que alcanzó el TRIBUNAL INTERNACIONAL DE OPINIÓN que sesionó el pasados mes de abril en el recinto del Senado de la República, para deliberar y proferir un fallo sobre LA DESAPARICIÓN FORZADA EN COLOMBIA, como ese CRIMEN DE ESTADO por el que la justicia colombiana no responde.
Ellas, asidas del infinito amor que solo da: quien da vida, quien da palabra, quien da verdad, quien da justicia, quien da esperanza; en abrazo profundo, trascendente y sagrado, enseñaban las fotos de sus hijos e hijas, que hace tantos lustros los esbirros de la guerra y de la muerte se los arrebataron de la cuna del hogar, del terruño, del espacio de su pueblo, de sus luchas, de sus sueños, de su Matria y le gritaban altivas y sin sosiego al régimen de terror que hoy pervive, que ellas los esperan y los seguirán esperando, porque esos hijos, esos padres, esos hermanos, esos compañeros y esos amantes, SIGUEN VIVOS y jamás podrán matar su presencia luminosa, mientras el alma transgresora de una mujer siga pariendo vida insurgente, que traiga a la luz los cambios y las transformaciones necesarias para que la vida, la paz y la justicia sean posibles.
De ahí queridas amigas y compañeras, que con motivo de la celebración del DIA DE LAS MADRES, nos convoquemos todas a rendir tributo de admiración, reconocimiento y fervoroso afecto, a todas las madres y a todas las abuelas cuyos nombres no cabrían en la cartografía de la Nación si las nombráramos con nombre propio, para decirles que la sublime tarea aprehendida estoicamente por el cuidado de la vida, nos ha permitido y permitirá a las futuras generaciones convertirnos en verdaderos seres humanos, con capacidad para amar y reconocer al otro y a la otra en la unidad de la diferencia, en la libertad afirmada, en la palabra aprehendida desde su vientre y en la sabiduría y la sencillez del don de “ser madre”, no solo biológica, sino epistemológica y simbólica.
A estas MADRES, MAESTRAS y HACEDORAS de espíritus libertarios, que jamás se arredrarán ante la embestida obscurantista y soberbia del régimen político imperante, queremos decirles en este día, QUE LAS AMAMOS, con un AMOR RENOVADO que nos da fuerza, que nos reafirma en la fundada esperanza de que un mañana mejor se aviene, porque contamos con su presencia, con su ejemplo, son su amor y con su tenacidad heroica ante tanta ignominia y, en fin, queremos decirles que AMARLAS, es dar sentido a nuestra existencia y la razón y validez a nuestra lucha, a la que no renunciaremos.
Por lo tanto, SALUD Y VIDA PARA TODAS ESAS MADRES Y ABUELAS, cuya voz entrecortada se hizo sentir en el referido tribunal demando justicia y declarando ante el mundo que jamás permitirán que un falso perdón o un olvido indignante, oculte la MEMORIA de sus seres queridos;
SALUD Y VIDA PARA TODAS ESAS MUJERES que con sus casas deshechas y despojadas de todo, construyen de la nada nuevas MATRIAS para sus hijos y para el futuro de esta Nación sumida en la incertidumbre;
SALUD Y VIDA para todas aquellas mujeres que día a día y desde lo invisible de la cotidianidad, cuidan la vida, la sanan, la forman y la preservan y con su abnegada dedicación, contribuyen a la riqueza y a la formación del tejido social de la Nación;
SALUD Y VIDA para todas aquellas mujeres que anticipándose a las alboradas, laboran hasta dos y tres jornadas sin el reconocimiento justipreciado a su trabajo y a los aportes que secularmente le han hecho al desarrollo y al producido de la riqueza material y espiritual de la Nación;
SALUD Y VIDA también para todas y cada una de las mujeres de este país, que haciendo causa común con las luchas de nuestro pueblo, abigarradas de las grandes responsabilidades que significa asumir el PODER y la REPRESENTACIÓN, le hacen rupturas al patriarcado, para atender las grades aflicciones que padece la Patria y para que el legado a los hijos e hijas de esta Nación sea distinto, fulgurante y próspero.
¡¡¡FELIZ DÍA MADRES COLOMBIANAS!!!
GLORIA INÉS RAMÍREZ RÍOS
Senadora de la República
En representación del Polo Democrático Alternativo
Bogotá, D.C., mayo 10 de 2008

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